Los argentinos siguen apostando a las criptomonedas pese a su volatilidad
En medio de la inflación y el desplome del peso, muchos argentinos encuentran en las criptodivisas una opción menos arriesgada, incluso a pesar de sus recientes dificultades
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La entrada de Romina Sejas en el mundo de las criptomonedas —en un país donde la popularidad de las monedas digitales se ha disparado a pesar de su volatilidad— comenzó con una pizza.
Hace unos años, ayudaba a preparar la masa de la pizza en casa de un amigo en las afueras de Mendoza, una ciudad mediana del oeste de Argentina. El amigo le sugirió fermentar la masa en su mina. “Me reconfundió”, dijo Sejas. “Yo pensaba en minar y me imaginaba hombres con cascos y picos”.
En lugar de eso, abrió una puerta que daba acceso a una sala en la que se apilaban estanterías con computadoras que zumbaban. Conocidos como mineros en la jerga tecnológica, las computadoras trabajan sin parar, verificando las transacciones de criptodivisas y recompensando a sus propietarios en moneda digital. Consumen tanta energía que la sala era un horno funcional.
“Si guardas un peso durante mucho tiempo, se derrite en cuanto a lo que puedes comprar con él” (Buscaglia)
El amigo de Sejas explicó que entrar en el mundo de las criptomonedas había aumentado su salario mensual en casi un 40 por ciento, al pasar de 800 dólares haciendo trabajos esporádicos a 1100 dólares.
Sejas pronto se convirtió en una creyente de las criptodivisas, y se unió a una ola de argentinos que recurren a las monedas digitales como una forma de ganar más, aumentar sus ahorros e incluso hacer negocios.
Aunque el mercado de las criptomonedas se ha desmoronado en los últimos meses, muchos argentinos las ven como un refugio seguro en un país en el que la creciente inflación y la crisis económica han golpeado la moneda nacional, el peso, y las cuentas bancarias de la gente.
“El dinero aquí es como un helado”, dijo Marcos Buscaglia, economista en Buenos Aires, la capital. “Si guardas un peso durante mucho tiempo, se derrite en cuanto a lo que puedes comprar con él”.
Debido a que tan pocos argentinos confían en el peso, prefieren ahorrar en otras monedas, incluso en dólares.
Alrededor de un tercio de los argentinos cree que los ahorros guardados en pesos en un banco local mantendrán su valor durante dos años, el porcentaje más bajo entre los encuestados de 15 países entrevistados en junio por Morning Consult, una firma de datos con sede en Washington.
“[Es fácil perder dinero ] si vos no estás todo el tiempo en esto y aggiornado con información” (Cappelletti)
Casi el 60 por ciento de los argentinos creía que el bitcóin, una de las criptomonedas más populares, mantendría el valor de sus ahorros durante ese mismo periodo, según la encuesta.
Con una inflación que se espera que alcance el 90 por ciento en diciembre, el valor del peso sigue en caída, lo que hace que suban los precios de los productos cotidianos, desde el papel higiénico hasta el atún, y que sea prácticamente imposible ahorrar.
Los actuales problemas de la cadena de suministro mundial y la guerra en Ucrania han contribuido a la subida de los precios, pero muchos economistas culpan de los males de Argentina a años de excesivo gasto público. Como el gobierno no recauda lo suficiente para compensar el déficit, el banco central imprime pesos, lo que hace que la inflación aumente aún más.
Ahora, muchos argentinos están recurriendo a las criptomonedas como una forma de escapar del peso. Alrededor de un tercio de los argentinos dijo que compraba o vendía criptodivisas al menos una vez al mes, el doble que en Estados Unidos, según una encuesta independiente de Morning Consult.
Pero la criptomoneda, dada su inestabilidad, también conlleva riesgos.
Vicente Cappelletti, de 26 años, dijo que había perdido unos 1.000 dólares, alrededor del 10 por ciento de sus ahorros, cuando TerraUSD, una de las llamadas stablecoins —un tipo de criptomoneda que puede vincularse a monedas gubernamentales como el dólar— se desplomó en mayo.
“[Ahorrar en dólares] está grabado en nuestro ADN” (Convertini)
Cappelletti, ingeniero industrial, dijo que era fácil perder dinero “si vos no estás todo el tiempo en esto y aggiornado con información”. Vendió todos los ahorros que tenía en criptomonedas por pesos y los puso en un fondo de inversión tradicional.
Pablo Sabatella, quien dirige una organización en Buenos Aires que ofrece clases de criptomonedas, dijo que cientos de personas se habían puesto en contacto con él en los días posteriores a la implosión de Terra, desesperadas por recuperar su dinero.
“La mayoría no sabe lo que está haciendo”, dijo.
El valor de bitcóin ha caído de 65.000 dólares en noviembre a alrededor de 24.000 dólares en la actualidad, casi el doble de la caída en el valor del peso. Pero muchos argentinos creen que, a diferencia del peso, las criptomonedas se recuperarán.
Para otros, sin embargo, las criptomonedas han traído beneficios financieros que vienen bien.
Sejas, quien trabajó como mesera y en telemercadeo, se gana la vida como consultora de criptodivisas e impartiendo talleres sobre monedas digitales. Dirige un mercado en línea con 7000 miembros que pueden utilizar criptomonedas para comprar casi cualquier cosa, desde botas de montaña hasta una casa.
“Ofrecimos un hack al cepo vendiendo criptodólares” (Fraiese)
Sejas creció en una familia de clase trabajadora sin acceso a internet. Sus padres no terminaron la enseñanza media ni tenían cuentas bancarias. “Nosotros medíamos hasta el papel higiénico que teníamos porque teníamos muy poco entonces”, dice.
El dinero que ha ganado con las criptomonedas ha transformado su vida. “Estoy estudiando derecho en una universidad privada”, dijo. “He hecho todos los chequeos médicos que nunca hice de chica”.
En todo el mundo, los habitantes de países emergentes y de bajos ingresos se han convertido en los mayores usuarios de criptomonedas, según diversos informes, superando a Estados Unidos y Europa.
Las monedas digitales son apreciadas en países donde el dinero local es volátil y donde los gobiernos han dificultado la compra de divisas por parte de los ciudadanos.
Dos países pobres, El Salvador y la República Centroafricana, han ido aún más lejos: adoptaron el bitcóin como otra moneda nacional oficial, aunque la apuesta no ha dado resultados en El Salvador, y es demasiado pronto para saber si lo hará en la República Centroafricana.
Argentina ofrece algunas pistas sobre el atractivo de las criptodivisas.
“Prefiero correr el riesgo de cripto antes que el riesgo del Estado argentino” (Convertini)
Desde hace mucho, los argentinos han recurrido al dólar como refugio seguro. Ahorrar en dólares “está grabado en nuestro ADN”, dijo Daniel Convertini, de 34 años, quien trabaja en comunicaciones para una empresa de transporte. “Lo aprendí de mi papá y de mi abuelo, no porque lo haya leído en un diario financiero”.
Se cree que los argentinos tienen más dólares en efectivo o en instituciones financieras extranjeras que casi cualquier otra población, aparte de los estadounidenses, dijo Gian Maria Milesi-Ferretti, economista de la Brookings Institution.
Pero hace tres años, el gobierno argentino dificultó la compra de la moneda estadounidense. Los argentinos solo pueden comprar legalmente 200 dólares al mes y tienen que pagar fuertes impuestos por cada transacción.
En su lugar, mucha gente ha recurrido al mercado negro de dólares, y las calles del centro de Buenos Aires están llenas de cambistas que susurran sus tasas de conversión a los transeúntes.
Pero las monedas digitales ofrecen la ventaja de no tener que cargar con grandes reservas de billetes.
“Ofrecimos un hack al cepo vendiendo criptodólares”, dijo Julián Fraiese, uno de los fundadores de Buenbit, una casa de cambios argentina de criptomonedas que se centra en stablecoins vinculadas al dólar. La compañía dijo que había agregado 200.000 usuarios en los siete meses después de que los controles del gobierno sobre los dólares se endurecieron en 2019.
“Capaz, estando en otro país, no hubiese tenido la necesidad de investigar por qué hacer esto” (Loyo)
Ismael Loyo, un taxista de 34 años que se mudó de Venezuela a Argentina en 2018, se pasó a la criptodivisa después de ver que el peso se devaluaba con rapidez, una repetición de lo que había vivido en su país. En cuanto cobra, se conecta a una casa de cambios en línea y compra criptomonedas.
Consciente de los vaivenes del mercado de divisas digitales, explica que sale de una moneda “que solo devalúa” y entra en una divisa que, aunque sea volátil, “permite mantener el valor en el tiempo y aumentarlo”.
Para personas como Loyo, quien ha vivido en dos países azotados por la alta inflación, el bitcóin parece menos una apuesta especulativa que una necesidad. “Capaz, estando en otro país, no hubiese tenido la necesidad de investigar por qué hacer esto”, dijo.
Aun así, la caída del valor de las criptomonedas ha causado estragos, y las preocupaciones sobre sus riesgos provocaron un mayor escrutinio regulatorio.
Buenbit despidió recientemente a casi la mitad de sus empleados, y días después de que dos bancos argentinos empezaran a dar a sus clientes la opción de comprar y vender criptomonedas, el Banco Central del país prohibió tales servicios.
Pero como muchos argentinos tienen tan poca fe en la gestión de la economía por parte de su gobierno, las criptomonedas, a pesar de sus turbulencias, siguen teniendo una gran demanda.
Más trabajadores en Argentina que en cualquier otro país, incluyendo muchos trabajadores independientes en labores como el desarrollo de software y la traducción, eligen recibir parte de su pago en criptomonedas, según Deel, una compañía de nóminas empleada por 100.000 trabajadores independientes en 150 naciones.
“La tecnología es el lenguaje del mundo que viene”, dijo Fabián Báez, un sacerdote que ayuda a organizar clases de tecnología en un barrio popular de Buenos Aires, en las que se enseña, entre otras cosas, el modo de abrir una billetera digital para comenzar a recolectar criptomonedas.
En Buenos Aires, los carteles de los autobuses públicos atraen a la gente con promesas de altos rendimientos en stablecoins. Dentro de una concurrida estación de metro, un anuncio promociona: “Ganale a la inflación. Comprá bitcoin”.
“Prefiero correr el riesgo de cripto”, dijo Convertini, empleado de la empresa de transporte, “antes que el riesgo del Estado argentino”.
Argentina
El Gobierno disolvió otros cinco fondos fiduciarios por mal uso de recursos, falta de controles y resultados
- Entre los fondos disueltos se encuentra el destinado a la Asistencia Directa a Víctimas de Trata.
- El Gobierno dispuso el cierre de otros cinco fondos fiduciarios tras detectar debilidades en una auditoría, aduciendo mal uso de recursos, falta de controles y resultados, mediante el Decreto 1048/24 publicado este martes en el Boletín Oficial.
- La decisión comprende al Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Capital Emprendedor (FONDCE); el Fideicomiso para la Refinanciación Hipotecaria; el Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata; el Fondo Fiduciario Público denominado Programa de Inversiones Estratégicas (PROINE); y el Fondo Fiduciario denominado Programa para Incrementar la Competitividad del Sector Azucarero del NOA (PROICSA).
- El Ministerio de Economía avanzó con la medida, en el marco de la revisión, saneamiento o disolución de los Fondos Fiduciarios Públicos, considerando que los cinco fondos “registraron un pésimo uso de los recursos de la sociedad, falta de controles y de resultados”, en base a un informe de auditoría realizado por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN).
- En este sentido, remarcó que eran necesarias las disoluciones “con el objetivo de resolver las ineficiencias o desvíos encontrados en desmedro del cuidado que debe preservarse en la asignación y administración de los recursos estatales”.
- Los argumentos que dio el Gobierno para dar de baja los fondos
- El FONDCE se dio de baja ya que en la auditoría se reveló que “tiene debilidades en la gestión de inversiones y su recupero, falta de manuales operativos y de procedimientos, debilidades en las rendiciones de cuentas y falta de indicadores de gestión”, según se expresó en el texto oficial.
- Desde Economía recordaron que había sido creado en 2017 con el propósito de financiar emprendimientos, utilizando recursos anuales asignados a través del Presupuesto Nacional o por otras leyes y señalaron que “si bien partió de una finalidad que podía considerarse loable, su implementación ha mostrado serias deficiencias y una progresiva desvinculación de los resultados esperados con el financiamiento comprometido”.
- Al respecto, indicaron que “uno de los principales problemas radica en el alto nivel de morosidad de las convocatorias reembolsables”, precisando que “al 31 de diciembre de 2023, la morosidad alcanzaba los $70 millones y el 58% de los deudores no había abonado ninguna cuota”.
- Sobre este aspecto, la cartera económica puntualizó que “este incumplimiento por parte de los beneficiarios comprometía la estabilidad financiera del Fondo y la correcta asignación de los recursos fiduciarios”.
- En cuanto al Fideicomiso para la Refinanciación Hipotecaria, desde el Palacio de Hacienda precisaron que “se debió a que los recursos colocados en el Fondo excedían siempre sus necesidades operativas” y revelaron que “la SIGEN detectó en su auditoría que las bases de datos no estaban actualizadas y sus registros no tenían soporte confiable, lo cual impedía determinar un universo confiable de deudores y la situación vigente”.
- Por su parte, el PROINE había sido creado en 2020 dentro de la Ley de Defensa de los Activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Integrado Previsional Argentino, con el objetivo de invertir en sectores estratégicos para fomentar la generación de empleo y el desarrollo económico. Sin embargo, tras 4 años desde su creación, no se registraron ingresos de bienes fideicomitidos y tampoco se realizaron operaciones fiduciarias.
- También se encontraron múltiples falencias en el Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata, que tenía el objetivo de administrar los bienes decomisados en causas judiciales referidas a los delitos de trata y explotación de personas, y de lavado de activos provenientes de tales ilícitos. Entre ellas se encuentran los incumplimientos del Fiduciario respecto del pago a víctimas de trata, así como de los plazos establecidos para efectuar dichos pagos.
- Ante esta situación, el Gobierno Nacional disolverá el Fondo, pero mantendrá los objetivos y finalidades perseguida por la Ley 26.364, y por tanto dispondrá la continuidad y atención a las víctimas de tales delitos, mediante las acciones a financiarse a través de las correspondientes partidas presupuestarias ya destinadas para ese fin y que serán administradas por parte del Ministerio de Justicia, como órgano responsable de tutelar los objetivos previstos en la Ley.
- Finalmente, se cerrará el PROICSA, que había sido creado en 2012 para promover la competitividad de la industria azucarera del NOA. Este programa contó con la participación del BICE y CAF, cuyo financiamiento concluyó en septiembre de 2020. De esta forma, luego de haber funcionado durante más de una década para atender las acciones que fueron valoradas en su origen, y dado que el financiamiento de la CAF fue agotado hace 4 años, resultó conveniente disolver este Fondo, ahorrando costos y pasando su administración al Ministerio de Economía.
- En este caso, se repiten las graves falencias observadas en otros Fondos como ausencia de controles y rendiciones de cuentas que impiden verificar resultados acordes a los objetivos comprometidos. También, se mantenía una administración costosa y una discrecionalidad en los créditos o financiamiento otorgados.
Argentina
El consumo de carne no logra recuperar terreno y sigue en el menor nivel en casi tres décadas
El consumo per cápita de carne vacuna en Argentina alcanza los 47,2 kilos por año.
El consumo de carne vacuna cayó un 11,2% entre enero y octubre frente al mismo periodo de 2023 y se ubica en el nivel más bajo de los últimos 28 años, de acuerdo a lo informado por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
El dato refleja que actualmente el consumo per cápita de carne vacuna en Argentina alcanza los 47,2 kilos por año, lo que implica una leve mejora al registro exhibido en los primeros meses del 2024 cuando se llegó a ubicar en 42,6 kilos/año.
A la par, el precio de la carne ha ido desacelerando su aumento en los últimos meses tras la suba estrepitosa en la primera parte del año, acumulando un incremento del 33% entre enero y octubre, aunque no alcanza para que el consumo logre recuperarse al nivel del calendario pasado.
En este contexto, la industria frigorífica logró aumentar la producción en el décimo mes del año, alcanzando las 290.000 toneladas res con hueso, generando un repunte en la faena, que ascendió a 1,27 millones de cabezas, el nivel más alto en quince meses. Sin embargo, el consumo interno continuó disminuyendo, al alcanzar 1,848 millones de toneladas, lo que representa una contracción del 10,2% interanual.
En tanto que la producción total en los primeros diez meses del año llegó a 2,631 millones de toneladas, una contracción del 4,5% interanual. El menor impacto en este sentido, se debe al nivel récord que vienen evidenciando las exportaciones. Durante los primeros diez meses de 2024, llegaron a 784.000 toneladas res con hueso, un alza del 12% interanual.
En septiembre pasado, las exportaciones alcanzaron las 60.200 toneladas, siendo la cifra más alta desde finales de 2020. China continúa siendo el principal destino de la carne argentina, aunque su participación en las exportaciones cayó al 68,4%. En contraste, Israel y Estados Unidos incrementaron sus compras, en torno al 10,1% y 40,9% respectivamente.
El precio promedio por tonelada exportada en septiembre aumentó 8,4% respecto a agosto y 0,6% en la comparación interanual. Sin embargo, en los primeros nueve meses del año, el precio promedio se mantuvo un 7,6% por debajo del mismo período del año pasado.
Argentina
Martes 12 de noviembre: Compra y Venta del dólar oficial, mayorista y blue hoy
Seguí el minuto a minuto de la cotización del dólar blue y del resto de las divisas.
El dólar blue abrirá este martes a $1.105 para la compra y $1.135 para la venta.
En tanto, el dólar MEP lo hará en $1.131 y el contado con liquidación a $1.163.
El tipo de cambio mayorista es de $ 998 con lo cual la brecha con el dólar paralelo es de 13%
El valor del billete en el Banco Nación es de $ 1017,50 y en el promedio de los bancos es de $1028.
El Banco Central acumuló compras en noviembre por US$ 476 millones.
Las reservas brutas se ubican en US$ 29.859 millones.
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